lunes, 27 de abril de 2009

Vivir en el pueblo del Tec

Por Emilie Sand Pedersen, Dinamarca

¿Alguna vez has estudiado en una universidad donde andan pavosreales y gamos por el Campus? ¿O donde hay guardias que van patrullando en scooters porque el Campus es tan grande? ¿Y que tiene un estadio con espacio para miles de personas? Pues yo nunca hasta llegar al Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Es como un pequeño pueblo con sus propios habitantes (los estudiantes), un alcalde (el rector) y sus empleados (los profesores). Hay donde comer, donde hacer ejercicio, donde trabajar y donde divertirse. A continuación, les voy a contar sobre mi visita como habitante extranjera en este pequeño pueblo.

Bienvenido al Tec de Monterrey


Mi primera impresión del Tec era que el Campus era muy, muy grande. El primer día de clases me sentí un poco perdida caminando de un lugar a otro sin mucha orientación y entre todas las personas que no conocía. Pero después de unos días empecé a ver una estructura y orden en el caos. Podía orientarme mejor, sabía donde tenía mis clases, donde la Oficina Internacional estaba y cada vez reconocía a más y más gente. Pasaron unas semanas más y ya me sentía como una habitante que tenía rutina y una vida cotidiana en el pueblo.

El Campus de Tec es muy diferente al Campus de mi universidad en Dinamarca. Las diferencias se ven sólo al entrar al Tec. Hay un nivel de seguridad muy alta aquí que no existe en mi universidad danesa. El Tec está encerrado por una cerca alta y hay guardias en todas las puertas que te piden identificación antes de darte permiso para entrar. También se ve a guardias que van patrullando en scooters por el Campus para asegurarse de que todo está bien. Es bueno que el Tec tome tantas precauciones de seguridad pero tengo que admitir que prefiero mi universidad danesa a este respecto. Es que allá no tenemos estas precauciones simplemente porque, afortunadamente, no son necesarias.

Aunque el Tec es un lugar donde todo el mundo tiene mucha prisa y mucho trabajo por las tareas y los exámenes, también hay lados relajantes. Si andas con un poco de estrés, sólo hay que echar un vistazo a los pavoreales o los gamos que siempre andan con tranquilidad. O puedes sentarte en un banco y observar los patitos que dan un paseo con su mamá al lado del estanque.

La madre de Bambi y sus amigos

Un grupo de pavosreales

Otra diferencia entre el Tec y mi universidad danesa es que aquí hay muchas más posibilidades de hacer deportes y ejercicio. Me gusta mucho que sea posible ir gratis al gimnasio, que haya un montón de equipos de todo tipo de deportes y que haya albercas tanto abiertas como cubiertas. El Tec hace mucho hincapié en que los estudiantes hagan ejercicio y mantengan un estilo de vida saludable y ofrecen los medios para esto, lo cual es digno de admiración. También es posible hacer muchas acitividades extra-curriculares como salsa, tango o teatro. Durante todo el semestre hay espectáculos en el teatro del Tec entonces siempre se puede ir para allá si se aburre.

A modo de conclusión, recomendaré a todo el mundo visitar el pequeño pueblo que es el Tec ya que es una gran experiencia para alumnos internacionales formar parte de la vida en él, tanto académica como personalmente.

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